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Tostadora de cinta transportadora Buffet 1.340W
Lacor
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Envasadora con diseño ligero y compacto Home 110W ideal para el almacenamiento de alimentos a largo plazo.
Entre las nuevas técnicas de restauración, la más importante es la cocción y conservación al vacío. Las ventajas que ofrece esta técnica aseguran su introducción y adaptación a las necesidades de cada cocina: ganar tiempo, mejora de costes, mejor organización del personal y mayor duración de los productos, manteniendo sus cualidades higiénicas y organolépticas, son algunas de las principales razones que auguran su éxito e introducción en la restauración.
Hablamos de productos sometidos a un proceso de envasado al vacío y expuestos a temperaturas que nunca superan los 100ºC. Debido a la diferencia de presión, conseguimos temperaturas de ebullición del agua a baja temperatura y la penetración de temperatura al corazón del producto es lineal, es decir, no encuentra moléculas de aire y no produce una reacción radial, por lo que el tratamiento y los resultados obtenidos con el producto están perfectamente controlados.
La forma más sencilla de explicar la cocción al vacío es decir que en vez de guisar, como es tradicional, los alimentos a 130ºC de calor por un período relativamente corto, aquí se cuecen entre 65ºC y 99ºC en tiempos más prolongados según la naturaleza del género y su peso. Es, pues, una cocción larga y a baja temperatura. En un horno convencional, una pieza de carne se cuece a 200ºC de temperatura, lo que ocasiona que el exterior se tueste. Sin embargo, la temperatura en el corazón de la pieza rara vez supera los 50ºC. Por lo tanto, sólo es necesaria una temperatura igual o ligeramente superior a los 65ºC para cocer un alimento, evitando el resecamiento y el endurecimiento de la fibra muscular así como la sobrecocción.